jueves, 16 de junio de 2011

25 de abril de 1974



La Revolución de los Claveles  es el nombre dado al levantamiento militar del 25 de abril de 1974 que provocó la caída en Portugal de la dictadura salazarista que dominaba el país desde 1926, la más longeva de Europa. El fin de este régimen, conocido como Estado Novo, permitió que las últimas colonias portuguesas lograran su independencia tras una larga guerra colonial contra la metrópoli y que Portugal mismo se convirtiera en un estado de derecho liberal.


 Antecedentes

 El gobierno anterior a la revolución de abril –el de Salazar y Caetano- se caracterizó por tener una política de claro corte ‘derechista’ con gran restricción de las libertades, especialmente en los medios de difusión y en la participación del juego político, además, con grandes y graves problemas en los aspectos económicos, sociales y culturales, agravados por la falta de solución al problema colonial.
A inicios de la década de 1970, António de Oliveira Salazar, fue destituido por incapacidad y poco tiempo despues falleció. Vino a sustituirle Marcelo Caetano en la dirección del régimen. Cualquier intento de reforma política fue abortado debido a la propia inercia del régimen y al poder de su policía política, la Polícia Internacional e de Defesa do Estado (PIDE).
A finales de la década de 1960 el régimen se aislaba, envejecido y anquilosado, en un mundo occidental en plena efervescencia social e intelectual. Mientras tanto, las colonias africanas de Mozambique y Angola, arrastradas por los movimientos de descolonización, habían estallado en revueltas desde principios de la década y obligaban a la dictadura portuguesa a mantener por la fuerza de las armas el Imperio Portugués, instalado en el imaginario de los ideólogos del régimen. Para ello, el país se vio abocado a invertir grandes esfuerzos en una guerra colonial de pacificación, actitud que contrastaba con el resto de potencias coloniales, que trataban de asegurarse la salida del continente africano de la forma más conveniente.
La guerra colonial había generado conflictos entre la sociedad civil y militar. Todo esto mientras el modelo económico propugnado por el régimen hacía que el país permaneciera pobre y generara una fuerte emigración, principalmente hacia Estados Unidos y Europa.


Éxito de la revolución
Dos circunstancias principales parecen explicar la casi inmediata transformación del golpe militar del 25 de abril de 1974 en un proceso revolucionario.
En primer lugar, las características históricamente singulares de ese movimiento militar: una conspiración fruto del cansancio con la guerra colonial, protagonizado por los oficiales intermedios –los capitanes, comandantes de compañía- sobre quienes reposaba lo esencial del esfuerzo operativo de la cuadricula militar en los teatros de guerra en África, que además evolucionó muy rápidamente (entre junio de 1973 y marzo de 1974) de una protesta corporativa hacia un movimiento politizado hacia la izquierda, que pretendía derrocar por la fuerza al Gobierno de Marcelo Caetano e instaurar un gobierno democrático que pusiera punto final a la guerra colonial.




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